Por Sofía Mireles Gavito
Según el investigador belga Jan de Vos, Premio Chiapas 1986 en Ciencias,
quién falleció el pasado 24 de julio del 2011 en la Cd. de México, la
historia del suicidio colectivo narrado en el escudo de Chiapas es una
leyenda que falsifica lo que realmente pasó a los indios “chiapanecas”.
La leyenda nos dice que los chiapanecas lucharon valientemente contra
los conquistadores españoles. Pero estos se impusieron pronto, debido a
su preponderancia militar y gracias al apoyo que recibieron de varios
pueblos enemigos de los chiapanecas. Ante el peligro de ser derrotados,
los indios de Chiapa se retiraron al Cañón del Sumidero. En una peña que
dominaba el río con su altura casi vertical, tenían ellos su capital.
Después de una feroz batalla, esta ciudad cayó en manos de los
conquistadores. Entonces, los sitiados en vez de rendirse, se arrojaron
al precipicio. Muriendo en este suicidio colectivo, según la fuente
colonial, más de 15,000 y nada más sobrevivieron 2,000. La batalla en el
Sumidero fue eternizada en el blasón de armas que el Emperador Carlos V
concedió en 1535 a la ciudad de San Cristóbal de los Llanos de Chiapa.
Jan de Vos después de estudiar distintos documentos recabados en el
Archivo General de Indias, en Sevilla; en el Archivo General de
Centroamérica, en Guatemala, y en el Archivo Diocesano de San Cristóbal
de las Casas. Además de las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, de
Remesal, Herrera, de Dos Historias Modernas, el poema de Galileo Cruz
Robles sobre la conquista de Chiapa, y documentos de la visión de los
chiapanecas; llega a las siguientes conclusiones: primero, la antigua
Chiapa de los Indios no era una ciudad fortificada, ni estaba situada
dentro del Sumidero. Segundo, los chiapanecas no se levantaron en armas
contra Diego de Mazariegos en 1528. Tercero, la batalla conmemorada en
el escudo del Estado de Chiapas no fue en aquel año. Cuarto, los
chiapanecas no se despeñaron heroica y colectivamente en las aguas del
río Chiapa( hoy Grijalva).
Los responsables de la creación de la leyenda son los mismos indios chiapanecas.
Reduciendo la leyenda a sus proporciones históricas, los documentos
revelan que existieron dos rebeliones sucesivas de los chiapanecas por
los años de 1532-1534. Durante esos años, los chiapanecas vivieron
efectivamente en el Sumidero y pelearon allí contra las tropas
españolas. Son estas batallas las que conmemora el Escudo del Estado. En
ellas, algunos rebeldes se despeñaron efectivamente en las aguas del
río Grijalva.
El Escudo de Chiapas es la justificación de los vencedores, en la cual
siempre estará a la mano algún santo poderoso, capaz de darles la
victoria y un Dios justo, dispuesto a castigar a los adversarios. Así
los dos leones que están representados en el escudo, el de la derecha
simboliza obviamente la victoria militar española sobre los chiapanecas,
arrimado como está a un castillo. Pero el león de la izquierda,
arrimado a una palma verde con su fruta, está allí en memoria de la
advocación del glorioso señor San Cristóbal; ya que este santo era el
patrón de Chiapa de los españoles desde 1530 y era obvio que el
conquistador Baltasar Guerra pusiera sus tropas bajo esta protección.
Fuente: http://www.lavozdelnorte.com.mx/semanario/2012/06/24/la-leyenda-del-sumidero/
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