Leyendas: La Leyenda del Mechudo, tal como fue publicada en un diario del S. XIX
La Paz, B. C. S. México
La Leyenda del Mechudo Existe un hermoso rincón llamado Punta Mechudo, Baja California Sur, sus vastos paisajes impactan la púpila, pero detrás de este bello ensueño se esconde una historia que parece de pesadilla, quzás sea un motivo de mayor peso, quizás no...
En 1897, en un pequeño periódico de Baja California Sur, en México, apareció publicada en primera plana la siguiente historia:
A 40 millas del puerto de La Paz, a 50 millas al frente de la isla de San Francisquito, junto a la de San José, hay una montaña que bañan las aguas del mar. Situada entre los 24° 42’ 30” (24 grados, 42 minutos, 30 segundos) de la latitud norte y 110° 40’ (110 grados 40 minutos) de longitud oeste, que desde tiempos muy remotos es conocida con el nombre de "El Mechudo". (Quizá el cálculo de las distancias no sea tan preciso, pero en un mapa actual encontramos la isla de San José y la de San Francisco, al norte de La Paz, en coordenadas cercanas, pero diferentes las que se mencionan en el artículo de 1897).
Uno de los buzos más antiguos de las costas de California, cuenta que cuando se descubrieron los criaderos de perla en la Baja California y que él todavía no venía al mundo, los yaquis (Yaqui = indígena de la región) eran libres de efectuar la pesca de perla. Construían como ahora (en el año de 1897, fecha en en aquella época el buzo se untaba el cuerpo con grasa, se ataba el estómago con un soyate (especie de soga) y llevaba una estaca de palo en la mano, para defenderse de la ballena, bufeo (delfín), cachalote, tiburón, tintorera, pez espada y otros terribles animales que abundan en aquel lugar (como se ve, hace más de cien años, cuando se recogió esta leyenda, se tenían por peligrosos a animales que hoy consideramos amigables, como el delfín).
Una vez que los buzos se preparaban de la forma antes mencionada se arrojaban al fondo del mar, llegando cada buzo a sacar en unas cuantas horas 300 o más conchas. Los yaquis tenían la costumbre de ofrecer a la Virgen la última perla que sacasen en su faena o jornada, lo que hacían devota y rigurosamente todos los días.
Unos de tantos yaquis, al terminar su tarea, sin duda por darse aires de descreído o valeroso, antes de arrojarse al agua a buscar la perla que le tocaba a la Virgen, “dijo que iba por ella para regalársela al diablo”... Dicen las crónicas que aquel desdichado no volvió a salir del fondo del mar y que sus compañeros huyeron despavoridos y comentando el resultado de aquella terrible blasfemia.
Desde entonces, según cuentan los lugareños, en ocasiones, sobre todo antes de salir el sol, muchas de las embarcaciones que por allí pasan, han visto emerger del agua a un individuo de larguísima melena, pero al pretender acercarse a verlo de cerca, éste vuelve a sumergirse. Con el paso del tiempo los yaquis fueron abandonando aquel fecundo criadero de perlas, pero la leyenda ya está creada y en la región el nombre de “El Mechudo” cada vez es más conocido, respetado y hasta temido..."
Así concluye la historia publicada en aquel periodico.... Y cierto o no, pero aun hoy en día aquel lugar inspira cierto temor a quienes conocen el cuento, pues la naturaleza ha dotado a aquella costa de desnudas e imponentes rocas, siempre batidas para el chapoteo de las aguas, ruido que aunnado a una neblina caprichosa, da al lugar un ambiente
...siniestro que se quiera o no, ocasiona cierto miedo, temor y hasta pavor a quienes antes de salir el sol se atreven a navegar por esas aguas...!
Fuente: https://es-la.facebook.com/note.php?note_id=185587184819895&comments
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